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El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, inauguraron este miércoles la Biblioteca Pública Municipal de San Fermín, un nuevo espacio cultural situado en este barrio del distrito de Usera, que nace tras un innovador proceso participativo que durante varios años recogió las ideas y los deseos de los propios vecinos del barrio que, desde un principio, se sumaron al grupo de trabajo de técnicos municipales para contribuir al diseño y definición del equipamiento.
El alcalde recordó en el primer día de este nuevo equipamiento que “los vecinos de este barrio de San Fermín desde hace muchos años luchaban y querían esta biblioteca” y nunca “dejaron de soñar con poder tenerla”. Por ello, consideró que esta inauguración es un homenaje a ellos, que finalmente “han podido conseguir el equipamiento cultural imprescindible que necesitaban y reivindicaban”.
Por su parte, Villacís calificó la biblioteca de “histórica” precisamente por su ausencia hasta ahora, una biblioteca que “es un triunfo” porque “es la culminación de una lucha vecinal que se ha mantenido viva durante décadas”. La vicealcaldesa destacó la “extraordinaria” participación de los vecinos, que “quisieron decidir cómo era este espacio y que llevase el nombre de su barrio”.
Almeida, acompañado por Villacís, la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy; los concejales delegados de Vivienda, Álvaro González, y de Internacionalización y Cooperación, Santiago Saura; la concejala de Usera, Loreto Sordo; y representantes de los grupos municipales, entregó a la directora del nuevo centro los libros destinados por la Asociación de Vecinos San Fermín para el fondo de la biblioteca.
El edificio se organiza en cuatro plantas de forma rectangular, tres de las cuales se encuentran sobre rasante, y un sótano. En las diversas plantas del edificio, los espacios se distribuyen teniendo en cuenta los diferentes niveles de ruido (de mayor a menor, según se asciende), garantizándose de este modo una convivencia confortable, a la vez que una multiplicidad de usos.
En la planta baja se localiza la entrada, un espacio completamente diáfano, donde se encuentra el control principal de accesos, la zona de prensa y publicaciones, la zona de internet, un área de descanso, la biblioteca infantil-bebeteca y los despachos de los bibliotecarios.
En la planta primera se sitúa un mirador volado, la casita del árbol, el rincón más original y atractivo de la sala. En el espacio principal de la planta se localiza la sala de préstamo que cuenta con una sala juvenil y de cómic, salas de trabajo en grupo y un espacio polivalente configurable mediante un sistema de paneles acústicos en dos espacios de menor tamaño y similares prestaciones.
La planta segunda está dedicada principalmente a sala de lectura, un gran espacio con numerosos puestos que se abre a una terraza transitable con una superficie ajardinada. El resultado ha sido un equipamiento abierto y digital, que responde a las necesidades de los vecinos de San Fermín y que da identidad al barrio, ofreciendo un espacio funcional y dinamizador de diferentes actividades culturales.
Una biblioteca que Almeida consideró que “se va a convertir en un referente” y “un símbolo de la identidad del barrio de San Fermín y de los madrileños”. Para Villacís es “probablemente, la biblioteca más bonita que tiene la ciudad de Madrid”.