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La alumna de Diseño y Publicidad de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) Ana Hernando ha ganado el ‘Premio de Diseño Mini’, celebrado dentro del ‘Madrid Design Festival’, en la categoría de Nuevos Talentos con un “parque infantil para que jueguen niños con y sin discapacidad”.
El proyecto, creado bajo el nombre ‘Parque Constanz’, ha sido diseñado de manera sostenible y completamente accesible, para lo que plantea usar materiales que sean sustitutivos del plástico, como el biopolietileno de alta densidad en los columpios, caucho para los suelos o resina para hacer los caminos podotáctiles para las personas ciegas, y busca crear un espacio en el que puedan jugar niños con y sin discapacidad para fomentar la inclusión.
En este sentido, y aunque ya existen parques que tienen el cartel de accesibles, la alumna sostuvo que la mayoría no lo son realmente: “La ley garantiza que puedas acceder al espacio, pero nada asegura que, por ejemplo, puedas entrar en el área donde están los columpios o que puedas jugar con las estructuras”, explicó.
La idea de este parque surgió en septiembre de 2020, cuando a Ana Hernando le pidieron que escribiera algunas palabras sobre cómo iba a ser su proyecto de TFG: “Yo puse diseño social, diseño infantil, que es otra cosa que me encanta, y puse sostenibilidad”, relató, señalando que también se inspiró en su tío tetrapléjico, que, “además, mide 1,90 metros, así que la silla de ruedas es gigante”, y explicó al respecto que desde pequeña ha estado “muy atenta” a si los espacios que dicen ser accesibles lo son de verdad.
“Y de repente un día estaba paseando por Madrid y me encontré con un parque que pone en la puerta que es accesible, pero todo el suelo es de arena, por lo que no se puede entrar con silla de ruedas, y las estructuras son palos de madera. El parque es muy chulo, pero es cero accesible. Y cuando vi eso pensé ‘pues habría que crear un parque accesible’”, agregó.
Para desarrollar este proyecto, la alumna ha investigado y leído por su cuenta, al tiempo que ha entrevistado a personas que viven esta realidad día a día. Para ella, subrayó, lo importante era conocer cuáles son las necesidades de esas personas, desde dentro, de manera que, entre los entrevistados, se encuentran trabajadores de la ONCE, padres que tienen hijos con discapacidad, un ingeniero, un arquitecto y trabajadores sociales.
“Yo creo que para cualquier tipo de proyecto sería super interesante tener equipos multidisciplinares e inclusivos, de manera que entre todos se llegue a soluciones conjuntas”, explicó Hernando.
A nivel personal, aseguró que el proyecto ‘Parque Constanz’ le ha aportado “muchísimo conocimiento” y también “mucha paciencia”: “Fue un proceso larguísimo, estuve nueve meses haciéndolo y había días que yo decía ‘no quiero ni pensar en él’”, señaló.
Haber ganado este premio, a su juicio, ha supuesto para ella la confirmación de que “se necesita de verdad su trabajo”, y que los temas que a ella le interesan son temas que interesan a mucha gente.
Por otro lado, la alumna incidió en que el objetivo de que su proyecto fuera accesible también implicaba que las personas ciegas pudieran leer el libro en el que lo presentaba. Por ello, lo grabó en CD y ella misma escribió la primera página en braille. “Otra frase que también aprendí, y me resultó muy interesante, es que al final la verdadera discapacidad de la persona es la incapacidad de interactuar con el entorno”, concluyó.