ESCUCHA MADRID / Servimedia
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han comprobado que el ejercicio en el embarazo reduce en un 13% el riesgo de cesárea y hasta en un 21% el riesgo de macrosomías (o bebés grandes), además de prevenir la mitad los desgarros perineales durante el parto, entre otros beneficios.
Así lo constatan los resultados del equipo de expertos de la UPM, dirigidos por el profesor Rubén Barakat, que publica seis ‘Revisiones Sistemáticas con Meta Análisis’ sobre los efectos de diferentes formas de actividad física durante el embarazo en el organismo materno, fetal y del recién nacido.
Los datos confirman que «el ejercicio tiene ventajas para ambos», madre y bebé. Cada estudio analiza un parámetro y todos ellos logran confirmar las ventajas que la actividad física tiene para la madre y el feto y que se extienden más allá del nacimiento.
La actividad física en el embarazo también reduce en un 50% el riesgo de desgarros perineales y en un 20% el de incontinencia urinaria, dos factores de gran importancia para el organismo femenino, según los investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPM.
Además de que el ejercicio en el embarazo hace que la posibilidad de cesárea se reduzca en un 21%, disminuye el riego de parto instrumental en un 16%. También se observa otro parámetro mejorado por la actividad física: el acortamiento de la duración de la primera fase del parto en una media de 62 minutos en mujeres activas a lo largo de la gestación.
Finalmente, los investigadores de la UPM también constataron que si la madre es físicamente activa durante el embarazo, existe un menor riesgo (-21%) de macrosomías o bebés con peso excesivo.
“Esta particularidad nos obliga a investigar la posibilidad de la actividad física gestacional como un factor preventivo de complicaciones metabólicas pre, peri y postnatales (primera infancia), atendiendo especialmente a la preocupante y creciente prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil, causada según recientes evidencia científicas, por el mencionado desequilibrio metabólico a nivel intrauterino previo al nacimiento”, explicó Rubén Barakat, investigador de INEF-UPM.
Un «hito» en la literatura científica
La UPM destacó que los investigadores han conseguido publicar seis revisiones sistemáticas «de manera simultánea, un hito que representa la primera parte de un completo trabajo de riguroso análisis de la literatura científica existente en este ámbito que contará con una segunda parte, de otros seis estudios de la misma naturaleza».
“A pesar de los confirmados efectos positivos que, en los últimos años, ha demostrado tener la actividad física en el bienestar materno-fetal, menos de un 20% de las mujeres gestantes del planeta cumplen con las recomendaciones de organismos internacionales, entre ellos la Organización Mundial de la Salud, de mantener un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física moderada”, explicó Barakat, quien confirmó que las gestantes españolas que realizan ejercicio físico se sitúa en el 19,7%.
Para el investigador, estos datos pueden convertirse en una herramienta para que se diseñen ambiciosos y extensos programas de actividad física para la población gestante, «preferentemente, desde el entorno sanitario”.
En el trabajo, liderado por la UPM, participaron también el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés; el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda; el Hospital Universitario de Torrejón; el Hospital Universitario Vall de Hebrón de Barcelona; el Hospital Universitario Clinic de Barcelona, las universidades canadienses de Western Ontario, Aberta, Québec à Trois y Ottawa; la universidad de East Carolina (EEUU); la University of Gothenburg en Suecia; el Instituto Politécnico de Lisboa (Portugal); el Instituto Politécnico de Santarem (Portugal); el Norwegian School of Sport Sciences (Noruega); y la Universidad de Flores en Argentina.