ESCUCHA MADRID
El pasado 22 de noviembre, la Segunda Teniente de Alcaldesa del Ayuntamiento de Getafe y concejala delegada de Feminismos y Agenda 2030, Alba Leo Pérez, recibió una carta de la directora general de Igualdad de la Comunidad de Madrid, Patricia Reyes Rivera, acerca de la campaña que el Consistorio getafense iba a realizar (y realizó) con motivo del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. A este respecto, entrevistamos a Paloma García Villa, portavoz de Políticas Sociales en la Asamblea de Madrid y secretaria de Feminismos de Podemos en la Comunidad regional, con quien la concejala del mismo partido, Alba Leo Pérez, interpuso una denuncia ante el Defensor del Pueblo el pasado martes, 29 de noviembre, a causa del contenido «amenazante» y «censor» de la misiva que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso le remitió.
¿Qué le comunican y cómo?
Es una carta en la que se amenaza al Ayuntamiento de Getafe con quitarle los fondos para la campaña del 25N, que son fondos del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, o sea que ni siquiera son fondos propios de la Comunidad de Madrid, y en la que exigen saber qué se va a leer en el manifiesto que elabora el Consejo Sectorial de la Mujer de Getafe y quién lo va a leer.
¿No tenía la Comunidad de Madrid esa información previamente?
El Ayuntamiento de Getafe mandó toda la documentación a la Dirección General de Igualdad el día 3 de noviembre y ésta dio el OK para invertir esos fondos del Estado. Lo que pensamos es que una administración más grande, en este caso la Comunidad de Madrid, no le puede decir a otra más pequeña, como el Ayuntamiento de Getafe, lo que puede o no puede hacer por el hecho de que no sea de tu misma ideología, con criterios tan subjetivos como «esta ley no me gusta», cuando la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual es una ley orgánica aprobada democráticamente.
¿A qué cree entonces que se debió el envío de esa carta por parte de la directora general de Igualdad?
A eso: a la campaña mediática, judicial, a todo el ruido que se ha hecho con la «Ley del Sólo Sí es Sí». La directora general de Igualdad dijo que no le gustaba esa ley, y bueno, eso es del todo respetable, a mí sí me gusta, pero es que no se trata de eso: se trata, repito, de que es una ley orgánica aprobada por las Cortes Generales y ya estaba decidido que la campaña de Getafe se iba a hacer sobre ella. Además, recordemos que Patricia Reyes, hasta hace muy poco, era diputada y portavoz de Políticas de Igualdad en el Congreso por Ciudadanos y que Ciudadanos votó que sí a esa ley. Entonces… no hay peor fe que la del converso.
«¿Pero cómo la Comunidad de Madrid va a decidir quién va a hablar en una concejalía de Feminismos? pues Ayuso se atreve a hacerlo y aquí parece que no pasa nada»
En el texto de la carta se puede apreciar una intención censora muy poco velada y, además, con «retirada de material».
Así es. La carta recuerda a los tiempos de Fraga, a los tiempos de «o haces las cosas que a nosotros nos gustan o te quitamos el dinero y te quitamos el material, y nos tienes que decir previamente quién va a ser la ponente, quién va a hablar». ¿Pero cómo la Comunidad de Madrid va a decidir quién va a hablar en el Ayuntamiento de Getafe, en una concejalía de Feminismos de Podemos? Hablará quien queramos. A mí no se me ocurre que Irene Montero le diga a la presidenta Ayuso que quién va a hablar en su acto del 25N en Sol, porque, si no, le quita los fondos del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género. Pues Ayuso se atreve a hacerlo y aquí parece que no pasa nada.
¿Qué hizo la concejala Alba Leo? ¿Se asustó y obedeció?
Por supuesto que no. Alba Leo me habló del contenido de la carta y enseguida pensé que esto había que hacerlo público, que era una amenaza y que incluso podía constituir algún tipo de delito. Lo publicamos en redes y todo el mundo horrorizado con esta censura previa. Y al final, como ese dinero hay que justificarlo en enero o febrero y todavía no se lo pueden quitar, hemos decidido ir al Defensor del Pueblo para que, si hay algo ilícito, actúe la Fiscalía. Y en el caso de que se atrevan a tocar un solo euro del Ayuntamiento de Getafe por hacer esta campaña, tomaremos las vías judiciales que haya que tomar, por supuesto.
Porque un gobierno regional no puede o no debe enviar ese tipo de misivas a un gobierno local…
Desde mi punto de vista, no. Es cierto que el gobierno regional tiene una función inspectora o revisora de la inversión, para que el gobierno local gaste los fondos en asuntos que tengan que ver, en este caso, con las violencias sexuales. Pero, claro, no es lo mismo cuando gobierna el PP que cuando gobierna Podemos. Las campañas son distintas. Hemos visto campañas contra la violencia de género, con fondos del Estado, como la de «Vigila tu copa» de la Comunidad de Madrid, donde ponen la mirada en la víctima y la hacen responsable, en lugar de al agresor. A nosotros no nos gustan esas campañas, pero no por ello estamos mandando cartas al Gobierno de la Comunidad de Madrid diciendo «ojo, cuidado, lo mismo te retiramos los fondos».
¿Le conviene al Partido Popular esa «campaña del ruido» por la «Ley del Sólo Sí es Sí»?
Hombre, claro. Y es una campaña muy dolorosa, porque es una ley superimportante y no solamente por lo penal. Lo penal es cuando ya ha fracasado todo. Esta Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual establece muchas medidas previas y procesales de seguridad y libertad para las mujeres, como los centros de crisis 24 horas, como la asistencia jurídica gratuita, incluso sin haber denunciado, incluso si el delito ya ha prescrito, incluso aunque tu agresor esté muerto… En vez de focalizar la ley en esto, se han ido al Derecho Penal como si el Derecho Penal lo solucionara todo. Están diciendo que sacamos violadores a la calle, cuando es mentira, y mientras, una fundadora de Vox difunde imágenes de la víctima de La Arandina diciendo que era una borracha que estaba pidiendo a gritos felaciones en grupo. Me parece que es una utilización lastimosa de gente que jamás se ha preocupado por la víctima de violencia machista, o que la violencia machista no existe, y hay quien gobierna con quienes dicen eso, con quienes siempre han estado en contra de los avances feministas.
Y contra la «Ley Trans»…
También se está utilizando para este mantra de la inseguridad jurídica creada por unos pocos para ir ahora en contra de las infancias trans. Es ideológico. No soportan que el Ministerio de Igualdad esté en manos de Podemos y van contra todo.
«Vivimos en un patriarcado, aún no hemos instaurado el feminismo, y en un patriarcado es normal que hombres y también mujeres tengan esos sesgos de género»
¿Qué piensa Paloma García sobre el machismo en los jueces? ¿Son todos machistas?
Yo creo que toda la sociedad tiene sesgos machistas. Vivimos en un patriarcado, aún no hemos instaurado el feminismo, y en un patriarcado es normal que hombres y también mujeres tengan esos sesgos de género. Hemos visto sentencias, antes de esta ley, donde a las mujeres les preguntaban si habían cerrado bien las piernas, si habían bebido, cómo iban vestidas. No olvidemos que venimos de un país en el que hasta hace 50 años le tenías que pedir consentimiento a tu marido para poder abrir una cuenta corriente, donde en el Código Penal estaban los «delitos de honor», que si tu mujer te ponía los cuernos la matabas y no era un delito, porque era el «honor de sangre» del hombre. Venimos de esa cultura y el mundo no se cambia en tan poco tiempo. Yo creo que España ahora mismo es vanguardia en derechos feministas, que el mundo nos mira, porque así nos lo dicen, pero España viene de donde viene. La judicatura viene de donde viene. Y no vamos a decir que todos los jueces son machistas, pero que hay sesgos machistas en la judicatura, igual que en la medicina, igual que en la política…, los hay. Y por eso esta ley es tan importante, porque lo que pretende es formar a los jueces en feminismo y en igualdad. Y es difícil, porque cuando estás en la parte privilegiada, cuando eres un hombre blanco, hetero y de clase alta…, salirte del privilegio, es duro. Por esos unos jueces interpretan de una manera, con perspectiva feminista, y otros de otra, con perspectiva machista, que es lo que está ocurriendo en algunas sentencias.