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domingo, 17 noviembre 2024

Madrid recupera la Montaña de los Gatos de El Retiro tras 20 años cerrada

Servimedia

Madrid recupera la Montaña de los Gatos de El Retiro, que reabre tras 20 años cerrada por problemas de filtraciones de agua.

Según informó este miércoles el Ayuntamiento de Madrid, el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, visitó hoy esta joya del siglo XIX para comprobar el resultado de las obras y recorrer la exposición que acogerá en su interior sobre su restauración.

La exposición temporal permitirá conocer la historia de la Montaña de los Gatos, así como el detalle de los trabajos que se han llevado a cabo para su recuperación integral. La muestra estará abierta de 11 a 13 horas y de 18 a 20 horas.

El regidor madrileño ha estado acompañado en esta visita por el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante; el delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, y la concejala-presidenta del distrito de Retiro, Andrea Levy.

Esta montaña histórica de los Jardines del Buen Retiro es artificial y fue levantada por el rey Fernando VII. Se la conoce con el nombre de Montaña de los Gatos por haber sido en el pasado espacio habitual para las colonias de felinos que poblaban este enclave de la capital.

2,1 millones de euros

Los trabajos han tenido una duración de ocho meses y una inversión de 2,1 millones por parte del Consistorio de la capital. Coincidiendo con el 150 aniversario de El Retiro, se convocó en 2018 un concurso público para la rehabilitación del espacio. Este proceso quedó desierto, lo que impidió la reactivación del espacio. En mayo de 2022, el Gobierno municipal autorizó en Junta de Gobierno un contrato para la ejecución de las obras que arrancaron el pasado mes de octubre.

Situada junto a la confluencia de la calle O’Donnell y la avenida de Menéndez Pelayo, fue concebida como un capricho de jardín de carácter arquitectónico, aunque el principal uso que se le dio hasta su cierre en 2004 fue el de sala de exposiciones.

Almeida en su visita a la reapertura de la Montaña de los Gatos en El Retiro. (Fotografía: Ayuntamiento de Madrid)

Uno de los objetivos prioritarios que estos trabajos han posibilitado concretar pasaba por el tratamiento y la eliminación de las humedades producidas por filtraciones registradas en el interior de la sala y en la bóveda de la propia montaña. Para ello se ha mejorado su cubrición, teniendo en cuenta que en el momento de su construcción fue «enterrada” con tierra y vegetación para crear sobre ella la montaña artificial. En lo que afecta a la bóveda, se ha respetado la construcción original, lo que ha implicado mantener su volumen, de 14 metros de diámetro y 11 metros de altura.

La montaña cuenta con una serie de pequeños senderos ajardinados ascendentes rodeados perimetralmente de un conjunto de estanques sobre los que vierten tres cascadas artificiales dotadas de un sistema hidráulico de recirculación. En este punto, se han llevado a cabo varias actuaciones. En primer lugar, se han recuperado las cascadas y las láminas de agua, al tiempo que se ha llevado a cabo una adaptación de las zonas arbustivas y del patrimonio vegetal.

Además de la estructura, también se ha restaurado el trazado interior de la montaña y se ha renovado el firme de los caminos que integran este recorrido. Asimismo, se ha procedido a la renovación de las instalaciones de iluminación y de la red de riego, que se ha adaptado a la nueva vegetación.

Hallazgos arqueológicos

Al margen de los trabajos de recuperación, durante la realización de estas obras se han producido hallazgos arqueológicos relevantes que incrementarán aún más el interés y el valor de este espacio. En concreto, se encontró un viaje de agua que conducía a una noria, anterior a la construcción del parque, con restos arqueológicos que quedarán a la vista de los visitantes a través de una pantalla de cristal. Los viajes de agua conformaban el sistema utilizado hasta mediados del siglo XIX en Madrid para la distribución de agua a través de una gran red de galerías subterráneas.

Junto a ello, también han aparecido los contrafuertes originales que han sujetado la bóveda desde su construcción y parte de ellos también permanecerán descubiertos a partir de ahora, con el fin de que puedan ser contemplados por el visitante a través de un cristal.

En 2002 el espacio abovedado interior de la montaña acogió su última exposición. Desde entonces, no ha tenido ningún uso ni se ha permitido el acceso debido a los riesgos detectados en su seguridad. En 2004 comenzaron a registrarse desprendimientos en su interior. Se cerró entonces la zona reservada a las exposiciones. Entre ese mismo año y 2005, se procedió al vallado de todo el conjunto.

Un estudio realizado por la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes, dependiente del Área de Medio Ambiente y Movilidad, llegó a la conclusión de que la instalación no era segura para el acceso del público por unas filtraciones de agua que se producían en su interior.

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