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El Pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó este lunes, con los únicos votos a favor del Partido Popular, las nuevas normas urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que renovarán a las actuales que datan del año 1997.
La propuesta de modificación de las normas urbanísticas de Madrid obtuvo el pasado miércoles el dictamen favorable de la Comisión extraordinaria de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de la capital con los votos a favor del PP, la abstención de Vox y los votos en contra de Más Madrid y PSOE.
Ese mismo fue el sentido del voto durante el pleno del Consistorio madrileño celebrado hoy, donde el Partido Popular aprovechó su mayoría absoluta para sacar adelante las nuevas normas urbanísticas de la capital que regularán entre otras cosas,
Estas normas urbanísticas fueron motivo de controversia entre PP y Vox en la capital durante la pasada legislatura ya que finalmente no fueron aprobadas por la falta de apoyo de Vox y caducaban el 5 de agosto.
El delegado del ramo, Borja Carabante, manifestó que Madrid tiene que “aprovechar el momento” porque las normas urbanísticas aprobadas “son necesarias y urgentes para transformar la realidad social y territorial de la capital de España”.
«La actualización urbanística permitirá adaptar la normativa a las necesidades actuales de la ciudad, del sector y de los madrileños para que el urbanismo de la capital sea un polo de atracción a la inversión y el empleo», subrayó.
Además, explicó que las nuevas normas urbanísticas incorporarán novedades como «la construcción de mejores edificios y viviendas para las personas, más sostenibilidad para la ciudad y mejores condiciones para las actividades económicas».
Novedades
Una de las cuestiones que regula la modificación propuesta son las cocinas agrupadas, para la que se prioriza su implantación en polígonos industriales, y se resuelve que cuenten en el interior de la parcela las zonas de carga y descarga y espera de estancia de los repartidores para no molestar a los vecinos.
Se plantean mejoras en materia de sostenibilidad; se apuesta por novedades en lo residencial, dotacional y logístico; se permite la hibridación de usos para recuperar zonas de la ciudad que en la actualidad están obsoletas, se apuesta por edificios más verdes y confortables y se da una mayor claridad y seguridad jurídica en todos los ámbitos, entre otras muchas novedades.
Además, con esta modificación, se cambia el lenguaje complejo propio de la administración por uno comprensible y se unifican todos los criterios interpretativos publicados en dos décadas sobre artículos del plan general, es decir, se da seguridad jurídica. También, se adaptan los tiempos de la administración a los de la sociedad, eliminando trabas y trámites reiterativos como ocurre, por ejemplo, con los planes especiales de control urbanístico ambiental (Pecuau) que incluyen las mismas comprobaciones que se hacen luego en el proceso de licencia.
Por otro lado, se atiende a las nuevas tendencias que demandan los ciudadanos y se actualizan las condiciones de confort de las viviendas con medidas como que las terrazas y los cuartos de instalaciones en plantas de piso no computen a efectos de edificabilidad, potenciando los balcones y balconadas tanto en las construcciones nuevas como en las existentes. Tampoco computarán a efectos de edificabilidad los trasteros.
Quien apueste por fachadas y cubiertas verdes y elementos de sostenibilidad y eficiencia energética verá recompensada su apuesta. Los elementos de producción de energía sostenible o elementos constructivos de mejora de la eficiencia, así como los cuartos para guardar vehículos de movilidad sostenible como las bicicletas no computarán a efectos de edificabilidad o porque a mayor superficie ‘vegetal’ se aplicará un factor verde que permitirá optimizar el espacio libre de parcela.
En cuanto a las cocinas agrupadas, se prima su implantación en polígonos industriales y se limita su actividad en zonas residenciales, al igual que ocurre con el uso almacenaje con reparto a domicilio y la logística, marcando un criterio claro en cuanto a su posible impacto en el entorno.
Así, se limita su implantación en ámbitos residenciales a locales de uso industrial con un máximo de 350 metros cuadrados, con la obligación de que tengan en el interior del establecimiento las zonas de espera, carga y descarga y estancia de los transportistas. El máximo de cocinas permitidas será de ocho. Además, se exigirá un estudio de movilidad para conocer el impacto que tendrá en la zona. Esta norma se aplicará también a la norma zonal 9 (zona industrial) que quede dentro de ámbitos residenciales.
Críticas de la oposición
El portavoz del ramo de Vox lamentó durante su intervención en el Pleno que el Partido Popular “no ha contado con nosotros”, por lo que “no podemos votar a favor” unas normas que “incluyen la perspectiva de género y la Agenda 2030”.
Por su parte, desde el PSOE lamentaron el “limbo normativo” en el que entrará la capital con las cocinas fantasma y auguró que se producirá una “proliferación” de todas ellas.
Por último, el portavoz de Más Madrid anunció que llevarán a la Justicia “este atropello” para que “no se salten la ley” con las nuevas normas urbanísticas.