ESCUCHA MADRID / ENTREVISTA
Santi Rivero, diputado, portavoz de Educación y secretario de Diversidad y Movimientos Sociales del PSOE de Madrid, responde a una entrevista realizada por ESCUCHA MADRID acerca del anuncio, este jueves, de la presidenta del Gobierno de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, de que que el PP apoyará en la Asamblea regional una iniciativa de Vox para derogar la ‘ley trans’ autonómica, que está en vigor desde marzo de 2016.
«creo que es una estrategia de Ayuso para intentar pescar votos en el electorado de la ultraderecha, mercadeando, una vez más, con los derechos de las personas LGTBI»
Y de repente Ayuso le dice a la ultraderecha que apoyará la derogación de la «ley trans» madrileña…
Sí, pero lo que se votó el jueves fue la toma en consideración de la ley. Ahora, en teoría, entraría en el proceso parlamentario de discusión de la propuesta que hace Vox en comisión, presentación de enmiendas, etc. Y luego, con ese resultado, se tendría que ir de nuevo al Pleno y votar el resultado final que saliera de la comisión. Realmente, lo que votamos el jueves no fue la derogación. La «ley trans» madrileña no está derogada, y de hecho no hay tiempo material para gestionarlo. Si lo hubieran querido hacer, lo hubiesen hecho por un procedimiento que se llama «de lectura única», el cual da la posibilidad de que una ley que se presenta, en el mismo Pleno queda totalmente aprobada, y esto no se hizo. Yo creo que es una estrategia de Ayuso para intentar pescar votos en el electorado de la ultraderecha, mercadeando, una vez más, con los derechos de las personas LGTBI. Y esto es lo suficientemente grave como para que nos movilicemos y que esta señora no vuelva a gobernar esta región. Porque si Ayuso no entiende que Madrid es una región abierta y diversa en la que cabe todo el mundo, pues evidentemente no se merece ser la presidenta de la Comunidad de Madrid.
¿Qué supuso la aprobación de la «ley trans» autonómica hace siete años y qué supone en la actualidad?
Fue una de las primeras a nivel autonómico. Y se aprobó al tercer intento. El Grupo Socialista la presentó hasta en dos ocasiones anteriores, en las que no se aprobó por la mayoría parlamentaria que había. El PP siempre se opuso. Y supone dos cosas: por una parte, el avance en los derechos de las personas trans y especialmente de los menores trans, que pueden cambiar ciertos documentos que dependen de la comunidad autónoma, lo cual produce un profundo bienestar en las personas trans, y luego supuso también una lucecita en el Partido Popular, porque es verdad que el año 2016 en Madrid fue un año muy bueno a nivel LGTBI, fuimos capaces de aprobar una ley LGTBI con los votos del PP, salvo tres diputados que se salieron de la votación, y fuimos capaces de aprobar una «ley trans», en este caso no con los votos a favor del Partido Popular, pero al menos sí con su abstención. Y parecía que ese Partido Popular de Cristina Cifuentes, al menos en los temas LGTBI, había avanzado un poquito respecto al de Esperanza Aguirre o al de Mariano Rajoy, que presentó un recurso contra el matrimonio igualitario. Pero, claro, llega Ayuso y a pesar de haber tenido esos dos años con Ciudadanos, donde sí se hizo alguna cosita con el tema LGTBI, pues pone de consejera a la consejera más ultra en los temas sociales de todo el Gobierno, como es la señora Dancausa, y ella misma adopta el discurso de Vox, es decir: entre lo que dijo lo diputada de Vox en el debate de la «ley trans» estatal, diciendo que había un «alarmante aumento de casos de homosexualidad y de transexualidad en España» y decir que «está de moda ser trans y que por eso hay muchas personas trans», evidentemente no hay mucha diferencia en lo que es la base y la raíz de ese discurso. Entonces, entendemos que es peligroso, porque se vuelven a utilizar los derechos de las personas trans como herramienta o como arma política para ganar cuatro votos en un electorado que no hace de ninguna de las maneras avanzar a una sociedad.
El jueves, en el Pleno, Vox se centró en puntos como el Código Penal y el deporte para censurar esta ley.
Lo que decía Monasterio es que la ley propiciaba que violadores entraran en cárceles de mujeres y barbaridades de este tipo. Pero esta ley es una ley autonómica y por lo tanto no puede legislar absolutamente nada de lo que es competencia estatal, ni del Código Penal, ni del Código Civil… La ley no habla nada de eso. Y en materia de deporte, lo que asegura y garantiza es que las personas trans tengan derecho a participar y a practicarlos, porque además es un derecho constitucional. En el deporte yo siempre explico que hay varios ámbitos, y en el ámbito que nos tenemos que centrar las administraciones públicas es en el del deporte de base, que no es el de alta competición ni para ganar dinero, sino el que se practica para fomentar la salud y otra serie de valores. Y en ese deporte de base, que tanto los ayuntamientos como las comunidades tienen la responsabilidad de garantizar para todo el mundo, está claro que las personas LGTBI y en especial las personas trans son expulsadas a una edad muy temprana. Y para muchas personas LGTBI es un trauma, porque nos trae recuerdos de gimnasios, de centros educativos, de que nos obliguen a practicar un deporte que no queremos, de tener que entrar a un vestuario que no se corresponde con el que queremos entrar… Lo que esta ley hace es reconciliar el deporte con las personas LGTBI. Entonces yo creo que, evidentemente, cuando no se tienen argumentos, se miente, como hizo el jueves la señora Monasterio. El problema es que mentir con cuestiones y derechos tan básicos se hace desde una posición de maldad absoluta y de odio hacia un determinado tipo de persona, porque directamente niega la existencia de esa persona.
«cuando no se tienen argumentos, se miente, como hizo el jueves la señora Monasterio»
¿Qué cree que piensa realmente la derecha que son las personas trans?
Piensa que son enfermas, que son personas que no tienen clara su identidad, y esto parte de dos premisas: una es el odio a todo lo que ellos consideran que no son personas de bien, españoles de bien, y ahí entran personas migrantes, personas LGTBI, mujeres feministas…, y otra es el desconocimiento. Y cuando se mezcla el desconocimiento con el odio, el resultado que tenemos es Vox. Yo se lo dije a la señora Monasterio en el Pleno este jueves: las personas trans no «se convierten», son; igual que las personas homosexuales no nos convertimos, somos homosexuales. Lo que pasa es que, evidentemente, en este país hemos avanzado en los últimos cuarenta años a un nivel que está propiciando que personas trans que antes no salían de armario, por así decirlo, hasta una edad adulta, ahora, con la visibilidad y el respeto que hay (aunque aún no tenemos igualdad real) se sienten con el empoderamiento y las herramientas para decir «soy una persona trans». Y eso no significa que haya un «alarmante aumento», eso es que la sociedad es diversa y no pasa nada porque haya personas trans.
Citó Monasterio al filósofo francés Edmund Burke: «Para que el Mal triunfe sólo falta que las personas buenas permanezcan sin hacer nada».
Para ella supongo que la «ley trans» es el Mal, pero habrá que ver qué concepto tiene de «Mal», porque si el Mal supone acabar con el sufrimiento de la gente, igual lo que tiene es el concepto cambiado entre el Mal y el Bien. Esta ley acaba con el sufrimiento de muchas personas, o por lo menos lo intenta, y ella lo que propone es que no haya ningún tipo de ley para las personas trans, que las personas trans estén en la clandestinidad, en la ilegalidad, es decir, volver a los años 80, a los años 70, y que además tengan que pasar por una terapia, primero para convencerles de que no son trans, y si esa terapia no funciona, pues que sea un psicólogo o un psiquiatra el que le diga a una persona lo que realmente es. Nosotros, evidentemente, no estamos en ese modelo de sociedad.
«sé que hay diputados y diputadas del PP que no están en contra de esta ley, que tienen personas trans y personas LGTBI en su entorno, pero que van a votar en contra»
¿Cree usted que diputados del PP votarán a favor de la derogación estando en contra?
Sí. Estoy seguro. No voy a dar nombres, por respeto, pero sé que hay diputados y diputadas del PP que no están en contra de esta ley, que tienen personas trans y personas LGTBI en su entorno… De hecho, hay un diputado del PP que dijo que no se iba a tocar ni una coma de esta ley, pero que el jueves, casualmente, votó a favor de la toma en consideración para que se tocara no sólo la coma, sino partes sustanciales de la norma. Entonces, bueno, creo que en política hay que tener honestidad y que tu discurso sea coherente con lo que has dicho y has defendido anteriormente, y el jueves se demostró que no, que los diputados LGTBI que tiene el Partido Popular votaron a favor.
