El neumólogo y miembro del área de Medio Ambiente y EPOC de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), el doctor Pedro Romero, recomendó este martes a los enfermos de asma o con bronquitis «minimizar la exposición en el exterior» por el polvo del desierto en suspensión que afecta a la mitad de España.
El doctor Romero, en declaraciones a Servimedia, destacó que la calima «provoca irritación e inflamación de las vías» y que sobre todo incide en las personas con asma y bronquitis, que deben extremar las precauciones.
Pero este episodio, también afecta a las personas que no presentan ningún problema respiratorio, por ello el doctor Romero dijo que mientras el polvo en suspensión siga en el aire, es mejor no hacer ningún tipo de deporte al aire libre, ya que cuando se practica deporte se necesita mayor cantidad de aire y penetra en las vías respiratorias con las partículas en suspensión y si se supera la capacidad de filtrado de las mismas, tendremos problemas. Además hacer deporte implica una hiperventilación que tiene que ve con el esfuerzo intenso, que nos obliga a respirar más y a exponernos más a estas partículas».
El uso de las mascarillas «algo a lo que ya nos hemos acostumbrado», resaltó el doctor, en días como hoy «es imprescindible» porque «previene que las partículas penetren en nuestro sistema respiratorio».
Así mismo, el doctor Romero recomendó «humedecer la habitación en la que estemos, con un humidificador, por ejemplo, porque «con el uso de las calefacciones y del aire acondicionado, hay una ambiente muy seco, que provoca también que se resequen las vías, sobre todo en los pacientes con patologías respiratorias».
Esta calima, denominada también ‘intrusión sahariana’ , se refiere al polvo del Sahara que llega al interior de la Península empujado por vientos del sur. Este polvo, puede permanecer en el aire durante horas y presentarse como una neblina de color marrón puede llevar en su composición materia mineral (arcillas, cuarzos, carbonatos…) y también material biológico como fragmentos vegetales, polen, esporas, virus, bacterias…
Las partículas en suspensión se dividen en distintos grupos según el tamaño: las partículas “gruesas” PM10, con diámetro igual o inferior a 10 micras (µm) y las “finas” PM2,5 con un diámetro igual o inferior a 2,5 µm.
Las PM10 suelen tener mayor componente natural. Al ser más grandes quedan, en gran parte, retenidas en las porciones superiores del aparato respiratorio (fosas nasales, bronquios) y son menos perjudiciales para la salud. Las más pequeñas (PM2,5), proceden sobre todo de la actividad humana, pueden penetrar hasta lo más profundo del pulmón y pasar a la sangre, y por eso son más nocivas. No obstante, además del tamaño, su efecto tóxico está estrechamente relacionado con su composición.
(SERVIMEDIA)