ESCUCHA MADRID / Servimedia
Proyecto Hombre Madrid alertó este miércoles acerca de la «normalización» y el consumo «masivo» de alcohol junto a bebidas energéticas entre los adolescentes, teniendo en cuenta que el 16,1% de los jóvenes afirma haber mezclado estas dos bebidas en los últimos 30 días.
Así lo defendió el psicólogo de la organización Pablo Llama en una entrevista concedida a Servimedia con motivo del Día Mundial sin Alcohol y en la que subrayó que las “mal llamadas” bebidas energéticas, porque, a su juicio, “energía generan poca”, tienen “muchísimo azúcar y, sobre todo, unas dosis bastante altas de cafeína y en algunos casos también de taurina y otros estimulantes”.
“Se está dando una normalización y un consumo masivo entre los adolescentes de este tipo de bebidas y se empieza a combinar con el alcohol con la idea o el mito de que, como es estimulante, ayuda a contrarrestar los efectos más depresores del alcohol”, agregó, consciente de que esta sustancia es la droga “más consumida y normalizada” en España y de que esa combinación entre bebidas con una “alta disponibilidad y baja percepción de riesgo no corrige la intoxicación etílica”.
Cerca del 70% de los menores y jóvenes que acuden a tratamiento en Proyecto Hombre Madrid tienen problemas con el alcohol, aunque en la “mayoría” de los casos “no son conscientes de ello” y el año pasado solo un 10% de los jóvenes atendidos pidió ayuda “directamente” por consumo “problemático” de esta sustancia, la segunda por la que más demandas de tratamiento reciben jóvenes y menores.
Para el experto, “lo más perjudicial en esta combinación sigue siendo el alcohol, por la toxicidad que tiene” y que se ve “multiplicada” a causa de este uso combinado, convencido de que ingerir estas bebidas lleva al cuerpo a “acostumbrarse a una estimulación que puede llevar a generar una adicción a otros estimulantes”.
Banalización
Tras puntualizar que, si un joven toma tres combinados y usa una bebida de este tipo para mezclar con el alcohol, “está tomando alrededor de 12 o 14 cafés”, hizo hincapié en que la “banalización” de la ingesta de alcohol también provoca “muchos problemas y complicaciones” en el tratamiento e intervención con estas personas, debido a la ausencia de espacios recreativos “en los que el alcohol no esté presente y casi como denominador común”.
Lo “habitual” es que esa demanda de tratamiento “parta” de la familia, hecho que Llama consideró “muy necesario e importante” porque, con ello, “se ahorra muchísimo tiempo”. “La edad media de los adultos que llegan a tratamiento es de 35 o 40 años y llevan 20 años de problemas con el alcohol”, explicó, para defender que “todo lo que sea intervenir cuando empieza a haber algún problema va a ahorrar muchísimo tiempo de tratamiento y muchísimo sufrimiento a esa persona y su entorno”.
Asimismo, advirtió de que las mujeres “cada vez consumen más alcohol” y, en concreto, las chicas de entre 14 y 18 años “han superado a los chicos en consumo y les han igualado en consumo problemático”.
El especialista precisó que la demanda de ayuda para estos jóvenes “se viene manteniendo en los últimos años” y que el abordaje de la problemática en este colectivo incluye una intervención directa con ellos y la prestación de atención psicológica y asesoramiento a sus familias, que, a su entender, “son una parte de la solución, porque trabajando con ellas aumenta la probabilidad de éxito en los procesos”.
Llama, que trabaja en el servicio de menores, jóvenes y sus familias de Proyecto Hombre Madrid desde hace 17 años, pidió al nuevo Gobierno que España “siga trabajando poniendo el foco en la importancia de la intervención temprana”.